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Halitosis Infantil
Dra. Gabriela Q. de Lucas, Od. Sandra E. Martínez, Od. María Natalia Mandri. Revista Ateneo Argentino de Odontología (En prensa)

 

Antecedentes: La halitosis, olor fétido o mal aliento oral es una condición relativamente frecuente en la población infantil que se atribuye, generalmente, a una deficiente higiene de la cavidad bucal y de las piezas dentarias pudiendo, otras veces, constituir el aviso de algún trastorno orgánico que se debe identificar y tratar.
El propósito de este trabajo es  realizar una actualización  sobre halitosis infantil a fin de prevenir y/o tratarla oportunamente.

Desarrollo: Halitosis es el término empleado para describir el aliento desagradable producto de factores fisiológicos o patológicos, de origen bucal o sistémico. Es un trastorno, generalmente transitorio, que puede aparecer en niños de cualquier edad.
El aliento normal es individual y posee características cambiantes. Puede variar considerablemente en función de la edad y del sexo; de la hora del día, de si el niño ha ingerido alimentos o no y del estancamiento de restos alimenticios y epiteliales.
La halitosis patológica o mal aliento persistente, generalmente esta asociado a la presencia de enfermedades o procesos patológicos de origen bucal o extrabucal. 
Por sus características anatómicas,  la lengua representa una de las principales fuentes de halitosis, al permitir una mayor retención de alimentos, en sus dos tercios posteriores.  En algunos casos, la presencia de condiciones, como la lengua fisurada o la lengua geográfica, facilitan el atrapamiento y la proliferación de bacterias productoras de compuestos sulfúricos volátiles: Fusobacterium (F. nucleatum, F. fusiforme y F. polymorphum) y Prevotella intermedia. El hallazgo de otras especies bacterianas, como el Solobacterium moorei, en sujetos con halitosis, fortalece la hipótesis de que la misma tiene una etiología microbiana.
Como fuentes predominantes de halitosis de origen no bucal en niños se encuentran la sinusitis, la presencia de cuerpos extraños en la nariz, ciertas formas de rinitis crónicas, las infecciones respiratorias y la secreción postnasal descompuesta, localizada sobre la lengua.  
Los avances recientes en la comprensión de la etiología del mal aliento han permitido el desarrollo de nuevas técnicas para su evaluación y tratamiento.
El  diagnóstico seguro dependerá de los datos recolectados de la historia del paciente, del examen clínico y de la interpretación de las pruebas diagnósticas, cualitativas (oliendo la exhalación) y cuantitativas (monitor de sulfuros portátil), que podrían ser implementadas por el odontólogo.
El tratamiento se realiza basado en la correcta identificación de la causa  u origen de la halitosis.  Es importante remarcar que la gran mayoría de los casos de halitosis bucal son tratables con medidas relativamente simples.
Uno de los pilares fundamentales  en el tratamiento es la educación al paciente con respecto a medidas de higiene bucal, al disminuir  el número de microorganismos bucales y sus sustratos.
Si el mecanismo de limpieza no reduce el olor lo suficiente, se recomienda realizar buches con un enjuague bucal formulado especialmente para niños, es decir, con bajas concentraciones de flúor y sin alcohol. Sin embargo, su uso no está indicado en niños menores de 6 años debido a que los enjuagues bucales no deben tragarse.
Es particularmente importante que los niños, y más aún aquellos con trastornos físicos o retardo psicomotor, concurran a exámenes dentales periódicos. Durante dichas visitas, el odontólogo debe proveer adecuada instrucción a los padres sobre técnicas del mantenimiento de la salud bucal y realizar la corrección profiláctica de los posibles factores contribuyentes del mal aliento (tratamiento de caries, corrección de áreas de impactación de alimentos, etc.)
En niños con patologías respiratorias resulta necesario el tratamiento médico para resolver la situación.
Es controversial la utilización de medidas paliativas del mal aliento, que incluyen comidas con fibras, mascar goma y tomar suficiente líquido para mantener la boca húmeda, debido a que el problema fundamental con los compuestos sulfúricos volátiles radica en que estos pueden resultar dañinos para los tejidos bucales blandos, por lo tanto, el tratamiento debe estar dirigido a removerlos, no simplemente a enmascararlos.

Implicaciones Clínicas: La halitosis es un problema frecuentemente observado en niños, constituyendo no solo un problema médico sino también un problema social. Los niños que lo sufren pierden confianza en sí mismos y viven con un miedo constante a ofender o molestar a otros. Es una situación agotadora que disminuye la calidad de vida de quien la padece y puede resultar perjudicial para sus relaciones personales. Recordemos, que el ser humano vive rodeado de otros individuos y está forzado a estar en contacto con ellos. Cualquier característica que resulte antiestética o no placentera tiene influencia en la aceptación por parte de su entorno.

Conclusiones: La halitosis como síntoma, necesita del conocimiento por parte del Odontopediatra de todos los entes fisiológicos y patológicos que pueden producirla. Con una adecuada capacitación profesional se podrá instaurar un tratamiento encaminado hacia el origen de la causa o bien remitirlo al médico especialista indicado, debido a que no todos los agentes causales están dentro del alcance del profesional Odontólogo.

 

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